Con esta entrada concluyo el segmento principal de este análisis e investigación de ideas que forman las bases de una forma de pensamiento: La propiedad privada, lo que es de uno, las posesiones que nos pertenencen y lo que uno puede poseer como herramientas de valor. Las características que nos conforman como individuos y las herramientas tangibles que nos permiten desarrollar nuestros proyectos de vida.
Alguna vez hemos caído en el pensamiento de creer que la creación y acumulación de capital es una forma egoísta e interesada de beneficio propio, un acto que solo remunera a quienes son capaces de pasar por encima de las voluntades de otras personas. Hasta cierto punto pudiese ser cierto, pero...
¿Acaso no son los intereses personales e individuales lo que mueven las acciones orgánicas del mundo?
Es importante ver la generación de capital, acumulación de riquezas o patrimonio como parte del proyecto de vida ya que es lo que nos permite dar valor tanto a nuestro tiempo como al tiempo de otros de manera orgánica, siempre y cuando no se desligue de objetivos que no perjudiquen la integridad de terceros ni la de nosotros mismos. Es ver a la propiedad privada como estas herramientas que nos permiten poder generar valor a lo largo del tiempo.
Por ende, entender que lo que nos pertenece nos permite construirnos y construir lo que nos rodea, es un valor el cual hay que considerar al tratar de entender los objetivos que se buscan lograr en nuestro proyecto de vida.
Me suelo encontrar con conceptos que limitan la propiedad privada únicamente a los medios físicos de producción material a gran escala que escluyen e imposibilitan a otros a generar sus propias riquezas y se centra en crear consumibles descartables innecesarios que solo generan dependencia a un sistema el cual los que participan en las cadenas de producción nunca ven un retorno o beneficio por sus esfuerzos.
Y creo que esa visión es muy reduccionísta, si bien existen modelos de generación y producción de riquezas que perjudican a muchas personas no representa la totalidad ni la norma, ni tampoco reduce toda la propiedad privada a meros medios de producción de los cuales otros individuos no puedan sacar provecho ni beneficien a una gran población. Ya que hay que ver a la propiedad privada como todo lo que nosotros poseemos, no exclusivamente para generar riqueza, sino para darnos valor, y eso va desde nuestras propias herramientas hasta nuestros conocimientos y experiencias, que son el mayor motor que nos permite rebuscar la forma de crearnos un camino para generar valor.
El valor es otro concepto que va estrechamente relacionado con el de la producción ya que el objetivo de producir se centra en generar valor, uno que puede ser para consumo propio, para intercambio o uso y es necesario siempre hacer las consideraciones en las ofertas y demandas que se buscan satisfacer dentro de un mercado. Por ello la producción que se realiza con los bienes o conocimientos que uno tiene deben estar medidos para sacar el mayor rendimiento posible para maximizar la rentabilidad del tiempo empleado.
Ya que parte del valor que uno dedica en la producción de riqueza o ejecución de un servicio tiene que cumplir siempre con objetivos que ayuden a aproximar las metas las cuales se marcan como proyecto de vida. Por lo tanto el valor generado en el uso de nuestras propiedades y facultades son equitativas entre el tiempo empleado para la producción, los niveles de ofertas y la demanda en un nicho de mercado y los objetivos a alcanzar por medio del uso de nuestro trabajo.
En conclusión, ¿Es la propiedad privada una centralización de los medios de producción para un reducido y exclusivo número de personas? La verdad que no, entender que la propiedad privada va desde lo que nos permite en esencia generar valor nos permite ser mucho más autosuficientes de nuestras capacidades. Siempre hay matices y formas de profundizar las perspectivas ante este tipo de conceptos, pero creo según todo lo planteado que el fijarse como objetivos aumentar tus medios de producción nos permiten generar valor en nosotros mismos y como consecuencia generamos valor a lo que nos rodea.
Ya que la sociedad se basa en un conjunto de individuos que buscan objetivos exclusivamente personales y es en esa busqueda interesada e individualísta es donde se genera de forma orgánica el mayor valor en la sociedad.
*Bibliografía en los comentarios.
―Ernesto Fernández